Como elegir tus botas de esquí

El esquí alpino o de pista requiere una bota con un buen apoyo, ya que el esquiador suele esquiar sobre nieve dura, lo que provoca vibraciones.

Por lo general, el peso suele ser soportado por un solo esquí al cambiar de dirección, lo que también requiere un buen apoyo del pie y de la parte inferior de la pierna. Las botas de esquí alpino también deben ser precisas y reactivas porque los cambios de canto a canto (paso de apoyo de una "sección" del esquí a la otra) son frecuentes .

El esquí freeride requiere una bota con una flexión progresiva, es decir, una flexión regular y dura para absorber suavemente las irregularidades del terreno.

Las botas de esquí freeride suelen estar equipadas con un modo SkiWalk, es decir, un desbloqueo de la bota que se realiza automáticamente al despegar para permitirte caminar más libremente.

Las personas practicantes de esquí freestyle buscan una bota más bien flexible y con amortiguación en el talón para que las recepciones de los saltos sean cómodas, además de una horma media para ofrecerles un equilibrio entre confort y precisión.

Es importante elegir una bota de esquí adaptada a tu nivel de experiencia. Es el FLEX, o índice de rigidez de la bota, el que te guiará para elegir la bota adecuada. Los principiantes optarán por una bota más bien flexible, que les ofrecerá más movilidad, mientras que los expertos podrán elegir una bota más dura, que es más eficiente pero requiere control.

¿Qué es el FLEX?

Para dar una indicación de la rigidez de la bota, las marcas de botas de esquí definen para cada bota un índice de flexión. Esta cifra determina la rigidez, que cuanto más alto sea su valor, más rígida será la carcasa de la bota.