Cuando ya exista un bajo nivel de hierro o de sus depósitos, la suplementación con hierro por vía oral suele ser la primera estrategia terapéutica. Este tratamiento tiene la ventaja de ser barato, no invasivo y generalmente cuenta con buena eficacia, pero siempre se han descrito problemas a la hora de tener que reponer estos depósitos. Se han investigado nuevas formas de suplementación con hierro oral para mejorar la absorción y reducir la irritación y resto de efectos indeseados a nivel gastrointestinal, mejorando así la eficacia de la terapia.
Una de estas novedosas formulaciones es la técnica del microencapsulamiento del hierro en una membrana llamada liposoma de estructura similar a la pared de las células del organismo. Así, se genera el hierro liposomado, que puede ser absorbido de forma sencilla al fusionarse el liposoma con las células de la mucosa gastrointestinal y sin verse afectado por la multitud de factores que reducen la biodisponibilidad de este mineral.
Por ello, la absorción del hierro liposomado es muy buena y los problemas gastrointestinales derivados de su uso son muy poco frecuentes, eliminando además la necesidad de tomar el suplemento en ayunas, en momentos concretos del día o acompañado de elementos que mejoren su biodisponibilidad. Así, este tipo de formulación también hace que no sea necesaria la toma de hierro junto con vitamina C, ni que esta deba estar incluida en el suplemento. Muchos otros suplementos de hierro contienen también vitamina C, pues es un gran promotor de la absorción de hierro y mejora su biodisponibilidad. Sin embargo, el hierro liposomado cuenta con la ventaja adicional de no requerir esta ayuda, pudiendo prescindir de la presencia de esta vitamina o de su toma junto con alimentos ricos en vitamina C.